Inglaterra alberga muchas maravillas históricas y arquitectónicas, pero pocas pueden rivalizar con la grandeza de la catedral de Durham. Situada en el corazón de la ciudad de Durham, este emblemático monumento es testimonio de la rica historia y tradición de Inglaterra.
Historia de la catedral de Durham
La historia de la catedral de Durham se remonta a hace casi 1.000 años. Fue construida en 1093 d.C. por el obispo Guillermo de St-Calais en el lugar donde San Cuthbert había sido enterrado más de dos siglos antes. La catedral fue concebida inicialmente como lugar de culto para los monjes benedictinos, pero más tarde se convirtió en uno de los lugares religiosos más venerados de Gran Bretaña.
La catedral reviste una gran importancia por su asociación con varias figuras históricas importantes, como San Bede -también conocido como «el Venerable Bede»-, considerado el padre de la historia inglesa. Sus restos descansan junto a los de San Cuthbert en los confines de esta magnífica estructura.
Importancia arquitectónica
La catedral de Durham es famosa por su arquitectura románica, que la distingue de otras catedrales de Inglaterra. Su innovador uso de bóvedas de crucería la convierte en uno de los tres únicos edificios de Inglaterra que presentaban este diseño durante ese periodo.
Esta impresionante proeza no sólo marcó una evolución en el estilo arquitectónico, sino que también proporcionó una mayor estabilidad a las estructuras, permitiéndoles alcanzar nuevas alturas, ¡literalmente! Esta innovación contribuyó significativamente a dar forma a la arquitectura gótica que surgió poco después en toda Europa.
Patrimonio de la Humanidad
En reconocimiento a su extraordinario valor universal, la catedral de Durham y su adyacente castillo fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986. Representan algunos ejemplos excepcionales de la época normanda, tanto desde el punto de vista arquitectónico como histórico; su importancia se ve reforzada por el papel que desempeñaron en el desarrollo intelectual de la época medieval.
Dentro de la catedral
El interior de la catedral de Durham es tan impresionante como su exterior. La catedral cuenta con una serie de intrincadas vidrieras que proyectan bellos patrones de luz sobre los suelos de piedra. La nave, el coro y los transeptos son impresionantes ejemplos de arquitectura normanda, con sus enormes columnas y arcos de medio punto.
Otros elementos notables de la catedral son: El Santuario de San Cuthbert, un ornamentado monumento a uno de los santos más venerados del norte de Inglaterra; la Capilla Galilea, que alberga la tumba del Venerable Bede; y el Biombo Neville, un gran tabique del siglo XIV que separa el santuario del altar mayor y está adornado con estatuas que representan a diversas figuras bíblicas.
Subir a la torre
Si está físicamente preparado, subir a la Torre Central de la Catedral de Durham es una actividad imprescindible. Con más de 66 metros de altura, esta torre ofrece unas impresionantes vistas panorámicas del paisaje histórico de la ciudad y de la campiña circundante. No obstante, hay que tener en cuenta que esta subida implica ascender unos 325 escalones, por lo que puede no ser apta para todo el mundo.
Información para visitantes
La catedral de Durham admite visitantes durante todo el año, excepto en determinados actos religiosos en los que el acceso puede estar restringido. La entrada a la catedral es gratuita, aunque siempre se agradecen las donaciones para ayudar a mantener esta importante pieza histórica para que la disfruten las generaciones futuras.
Hay visitas guiadas en las que guías expertos explican la rica historia del lugar y señalan los elementos arquitectónicos clave. También hay una tienda de regalos que vende recuerdos únicos y una cafetería que ofrece refrescos después de explorar las instalaciones.
Ninguna visita al noreste de Inglaterra estaría completa sin rendir homenaje a la majestuosa catedral de Durham, un símbolo extraordinario tanto espiritual como arquitectónicamente que ha resistido el paso del tiempo desde la época medieval.
Preguntas más frecuentes
¿Cuál es el horario de apertura de la Catedral de Durham?
Por lo general, la Catedral de Durham está abierta a los visitantes de 10.00 a 16.00 horas de lunes a sábado, y de 12.30 a 17.00 horas los domingos. Sin embargo, estos horarios pueden variar debido a servicios religiosos o eventos especiales. Siempre es una buena idea consultar el sitio web oficial de la catedral para comprobar si hay cambios antes de planificar su visita.
¿Hay que pagar entrada para visitar la catedral de Durham?
No, la entrada a la catedral de Durham es gratuita, ya que se trata de un lugar de culto activo. Sin embargo, las donaciones son muy apreciadas para ayudar a mantener este edificio histórico para las generaciones futuras. Las visitas guiadas o exposiciones especiales pueden ser de pago.
¿Qué importancia histórica tiene la catedral de Durham?
La catedral de Durham tiene una inmensa importancia histórica como uno de los mejores ejemplos de arquitectura normanda de Inglaterra. Construida entre 1096 y 1135 d.C., fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986, junto con el cercano Castillo de Durham, que juntos representan logros arquitectónicos únicos de este periodo. La catedral también alberga reliquias como el ataúd de San Cuthbert y los restos de Bede, que han atraído a peregrinos durante siglos.
¿Hay visitas guiadas a la catedral de Durham?
Sí, la catedral de Durham ofrece visitas guiadas, una excelente manera de conocer mejor su historia y arquitectura. Entre ellas se incluyen visitas regulares diarias dirigidas por guías expertos que ofrecen voluntariamente su tiempo para compartir historias fascinantes sobre la vida pasada y presente de la catedral. También se ofrecen visitas especializadas a la torre, que ofrecen vistas panorámicas de la histórica ciudad de Durham, pero requieren entradas aparte.
¿Puedo hacer fotografías en el interior de la catedral de Durham?
En general, se permite fotografiar (incluso filmar) sin flash en la mayoría de las zonas de la catedral, excepto durante los oficios, por respeto a quienes vienen a rezar. Sin embargo, hay ciertas zonas en las que no está permitido fotografiar por motivos de conservación o seguridad. Fíjese siempre en las señales que indican estas restricciones y, en caso de duda, pregunte a un miembro del personal de la catedral.